divendres, 16 de maig del 2014

Nuevos y viejos tips


Comer menos cantidad. Una de las bases de una dieta efectiva para perder peso es ajustar las cantidades al gasto energético real. A menudo comemos mucho más de lo que necesitamos. Pero hay trucos con los que engañar a la mente para reducir la ingesta.
Un capricho en cuartos. Cuando quieras darte un capricho hipercalórico, por ejemplo, comerte un croissant, divídelo en cuatro trozos y separa uno de ellos. Saborea los tres restantes lentamente e invita a alguien al cuarto o deséchalo directamente. Sin darte cuenta, puedes haberte ahorrado un montón de calorías.
¿Es hambre o sed? La sensación de hambre puede confundirse con la sed. Sobre todo entre las comidas, cuando notes que tu estómago comienza a movilizarse, bebe agua, y solo después, al cabo del rato y cuando sigas notando las ganas de comer, toma algo.
Espera 15 minutos. Si tienes unas ganas irrefrenables de comer algo entre horas, por ejemplo, un dulce o un snack, prueba a esperar 15 minutos antes de llevártelo a la boca. En muchas ocasiones, esa ansiedad por comer habrá desaparecido.
Las raciones justas. Un truco muy efectivo para seguir una dieta estricta sin concesiones es repartir toda la comida del día en recipientes. Hazlo al comienzo de la jornada o la noche anterior e incluye incluso los tentempiés de media mañana y media tarde. Así te concienciarás de que solo puedes comer lo incluido en los tupper.
Usa la mano no dominante para comer. Cuando al comer usamos la mano no dominante (si eres diestro, la izquierda; y si eres zurdo, la derecha), tomamos un 20% menos de comida. Usa este truco cuando no quieras pasarte, por ejemplo, fuera de casa.
Ojo con los refrescos azucarados. Una de las trampas con peor resultado cuando tienes hambre y no quieres comer es tomar un refresco azucarado. Puede que te calme momentáneamente, pero te provocará un pico de insulina muy rápido y, enseguida, hambre de nuevo, con lo que acabas comiendo más. Si tomas refrescos, que sean sin azúcar.
Calma tu ansiedad. En muchos momentos, no se come por hambre sino por ansiedad. Identificar cuándo es así ayuda en el proceso de pérdida de peso. Si estás nervioso o decaído, antes de lanzarte a la comida, párate e intenta relajarte con una infusión, respirando profundamente, dando un paseo o practicando meditación, yoga u otra disciplina de forma habitual.

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada